miércoles, 13 de junio de 2012

Un buen docente marca una diferencia Lo que nos enseña la investigación


Queridos blogger@s, me dispongo a comentar un artículo que nos facilitó nuestra profesora de Didáctica General, Carmen Cruces.

El autor de este artículo es Antonio Bolívar.

En estas líneas trataremos sobre todo la mejora y eficacia en la escuela, la teoría del cambio educativo y las cualidades de un buen docente.

Debemos enfatizar los cambios en los procesos de trabajo, se trata ahora de valorarlos en función e su impacto en la mejora de los desempeños del alumnado.

 Si se requiere trabajar en equipo dentro del centro, ello se tiene que hacer para mejorar las estrategias didácticas del profesorado y las buenas experiencias de aprendizajes que proporcionen a sus alumnos.  

Resulta inútil modificar la organización o los currículos, sino es para una futura mejora en algún aspecto. Además no debe ser un simple hecho burocrático el cambiar, modificar palabras para que resulte más atractivo a la vista, sino de llevarlo a cabo, de realizar una mejora, una necesidad de cambio.

Pero centrémonos en el núcleo de la acción docente: los procesos de enseñanza-aprendizaje en el aula, ya que lo que los profesores hacen en clase es lo que marca la diferencia en los resultados de aprendizaje de los alumnos. Hay que saber como llegar a los alumnos, como motivarlos, como transmitirles seguridad, información basada en la construcción del conocimiento.

La mejora del aprendizaje de los alumnos no ocurriría si –paralelamente- no se da un aprendizaje de los profesores (conocimientos y habilidades) y sin cambios organizativos que promuevan el desarrollo de los centros. Y es que un profesor/a nunca deja de aprender, de crearse como persona, como docente, como un buen docente. Cada día, cada situación es buena para mejorar, tomársela como un reto, sacar lo mejor y lo peor y plantearse nuevos cambios. Un profesor debe estar en constante movimiento, tanto físico como mental, maquinando nuevas posibilidades, nuevos proyectos, modificando, mejorando…

Además de todo esto un docente debe estar informado de las noticias, de los nuevos acontecimientos, ampliando su conocimiento día a día, pues todos los días se aprende algo nuevo.

La mejora puede, inicialmente ser entendida como “la movilización del conocimiento, las destrezas, motivaciones, recursos y capacidades en las escuelas y en los sistemas escolares para incrementar el aprendizaje de los alumnos”.

También debe incluir dimensiones afectivas, sociales y personales (capacidades  habilidades sociales  personales, educación cívica y responsabilidad social, etc.)

 Hay que valorar también los procesos con los que los han alcanzado (participación, implicación del persona, etc.) y cómo son atendidos los alumnos más desventajados socialmente.

Para hacer de cada escuela una buena escuela, habría que pensar en  qué hacer para que haya un buen profesor en cada aula. Y es que es muy importante ver como marca la diferencia un buen docente frente a otro que simplemente se limita a llevar a cabo la programación. Es necesario formar a buenos profesores/as, emprendedores, con ganas de realizar su trabajo lo mejor posible. Pero claro como dice Miguel, la formación es muy importante pero se queda ahí, en teoría, a la que podemos recurrir cuando realmente nos encontremos con los conflictos reales de desempeñar la labor de ser maestros/as. Hasta entonces todo pinta bastante bonito.

Los resultados obtenidos por los alumnos/as dependen, en gran medida, de la calidad que tenga su profesorado  de la enseñanza que reciban. Y  es que “la calidad de un sistema educativo no puede ser mejor que la calidad de sus docentes”.

En el informe McKinsey  (Barber y Mourshed, 2007)nos ilustra sobre cómo un buen profesor aporta un “valor añadido” que puede ser cuantificado.

Se puede cambiar el desempeño de un niño promedio (percentil 50), y en solo  tres años llevarlo al 10% superior de rendimiento, mientras que un mal docente puede en el mismo periodo, hacer retroceder  a dicho alumnos promedio al percentil 37.

Las buenas prácticas, expresadas en tareas que se les pide a los estudiantes que hagan en clase, es lo que va a marcar lo que sean capaces de hacer. Las diferencias en las realizaciones de los alumnos vendrán  dadas por su trabajo en el aula.

“Tener un mal profesor puede ser devastados. Los maestros menos eficaces provocan ganancias promedio de  los estudiantes  de aproximadamente 14 puntos porcentuales al año, mientras que los profesores más eficaces provocaron un aumento de 52 puntos porcentuales al año.”

Entre las metodologías más eficaces se encuentra la calidad de la interacción alumnos-profesor. Es muy importante esta interacción, siempre basada en el respeto. Que no se trate de una educación  unidireccional, sino que se componga de una relación entre el profesor y el alumno, que ambos interactúen.

En este artículo se hace alusión  a integrar las actuaciones del profesorado para la mejora en los currículums, para que no quede como algo episódico o aislado. Y yo me planteo…. ¿hace falta que todo lo que hagamos este escrito para tener que cumplirlo día a día? ¿No sale de él/ella (un buen docente) mejorar día a día, tener una buena práctica de enseñanza? ¿ no se supone que un maestro tiene el deber y obligación de eso?... si ya miramos por el lado de las obligaciones y el trabajo en sí, que en los tiempos que corren y según la mayoría de las personas es lo que realmente importa, el dinero y cumplirlo todo a rajatabla, sin mirar más allá. Pero bueno parece que es lo que nos gusta, que todo esté bien escrito y organizado, que sea bueno a la vista, y algo olvidado en la práctica.

A partir de los 90, el interés se desplaza a cómo los estudiantes aprenden una materia particular (por ejemplo, estilos de aprendizaje), a las prácticas docentes que se relacionan con estos contenidos y su comprensión por los estudiantes, así como al conocimiento del profesor de dichos contenidos.

 En definitiva los profesores efectivos exhiben un conjunto de habilidades técnicas cuando enseñan en clase: tener altas expectativas sobre los alumnos y comunicarlas; planificar bien las lecciones, estableciendo un marco claro y objetivo de cada lección; usar una variedad de técnicas y comprometer a los alumnos. Tener una estrategia clara para la gestión de los alumnos, prevaleciendo un sentido de orden en la clase; emplear tiempo y recursos sabiamente, de forma que promueva buenas actividades y aprendizaje efectivo; usar un amplio rango de métodos de evaluación para supervisar la comprensión y trabajo de los alumnos; marcar y supervisar el trabajo en casa, especialmente en Secundaria. Además el buen docente exhibe varios caracteres que describen la competencia docente y se pueden agrupar en 5 grupos. Son características profesionales: PROFESIONALISMO, LIDERAZGO, PENSAMIENTO, PLANIFICACIÓN Y RELACIÓN CON LOS OTROS.